tag:blogger.com,1999:blog-17000506445041591752024-03-13T11:01:04.522-07:00David ZorelBlog del escritor David Zorel, autor de la novela "El Vasallaje de los Elementos" y "El Fuego de los Confines" publicados por Editorial ECU; relatos, vivencias, reflexiones, crítica social...
David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.comBlogger111125tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-85351009372424446842023-02-15T05:59:00.001-08:002023-02-15T05:59:06.654-08:00Nuestro Bosque de Tinta: La ballena en libertad condicional<div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-UVcM8LsEHYQ/Y-zlKMJeZHI/AAAAAAAAV_A/5C6o38_5lqY6kwemF7u3EiFMWycZJGEJQCNcBGAsYHQ/s1600/1676469541915814-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</div><br></div><div> Érase una vez una pequeña ballena azul, que nadaba y nadaba entre manadas de delfines, vainas de orcas y bancos de bolsas de plástico. </div><div> Así comenzaba la historia de la primera ballena libre, el mismo día en que el hombre conoció las propiedades energéticas de un líquido chicloso que sustituyó al aceite de ballena para prender lámparas y velas.</div><div> Como los balleneros ya no acechaban por doquier, la ballena disfrutó de su libertad condicional jugando con los delfines, riñendo a veces con las orcas. Pero con los plásticos comenzó una relación especial, bailando con ellos al son, pues iluminaban el mar como lámparas con esa capacidad de capturar el esplendor de la superficie, y ella bailaba, bailaba sin parar rodeada de linternas como en un gran salón.</div><div> Como no sabía diferenciarlas, confundía a las bolsas con medusas, así que se llevaba a la boca tanto unas como otras. Y así, alimentándose de plancton, bolsas y medusas, creció y creció de tamaño, y también lo hizo el número y la forma de los plásticos en el mar. Entonces, empezaron a ser las medusas las que se confundían con miles de bolsas. Cada vez más plásticos, y el mismo océano, y fue comiendo y acumulándolos, poco a poco, en su gran cavidad estomacal. </div><div> Y empezó a atragantársele tanta condicionada libertad.</div><div> Dos lustros después, en un día como otro cualquiera, de interno tormento y retortijón, de pronto, se disparó, certero y sin avisar, el primer arpón. La quilla de un barco había asomado en la superficie, retrocediendo el tiempo a una época como la que vivieron sus ancestros, de caza y persecución.</div><div> —¡Plástico!, ¡plástico!, ¡plástico! —oyó canturrear a los modernos piratas balleneros, con patente de corso, tripulando barcos con placas solares por velas, que ya no buscaban aceite para lámparas, como antaño, sino el plástico de los estómagos que se había ido acumulando en las ballenas. </div><div> El mundo se había quedado sin petróleo y ya no podían fabricar plásticos para pajitas, cubiertos o gafas de sol; para cepillos de dientes, chicles, cuchillas de afeitar, envases, sillas, manivelas, enchufes o botellas... así que empezaron a recogerlo del mar, hasta que también se terminó, y luego actuaron con creatividad.</div><div> De esta manera se acabó la libertad condicional, y se echaron los piratas a la mar, volviendo al estado natural de las cosas: cazando otra vez ballenas; en esta ocasión, para recuperar el plástico surgido del petróleo, que había venido a liberar a la ballena. Y, de esta manera, limpiaron el océano, como buenos samaritanos, para fabricar más bolsas y más vasos que poder tirar y volver a comprar.</div><div>Ese fue el final de la última ballena libre, en libertad condicional.</div><div> Fin.</div><div><br></div><div><br></div><div><br></div>David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-4967235612160241922023-02-07T06:25:00.001-08:002023-02-07T08:47:00.535-08:00En busca de inspiración: El desierto y la ciudad roja
<div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-EBK1hb8E-qU/Y-Jgtd4_I6I/AAAAAAAAVuI/LujYq3RwG4UhZeqM2QE51wVdRXb51TOXwCNcBGAsYHQ/s1600/1675780274289200-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br></div></div><div> Imagina.
</div><div> El manto de arena que lo cubre todo hasta donde alcanza la vista bajo la luz declinante de un sol que se va; varias hileras de camellos acercándose al campamento silueteados sobre las dunas; las alfombras rojas ribeteadas; la noche, que llega.
</div><div> Los bereberes cuentan historias del desierto mientras sirven el té. Luego, llegan los primeros repiques de tambores, y la voz profunda del desierto de quien canta, de quien danza dentro del círculo.
</div><div>La danza se alimenta de tambores y de palmas. La tenue luz de la Luna transparenta los anchos tagelmust bajo el turbante, que se mueven creando formas como en un sueño estroboscópico, mientras se pintan contra la noche, sobre la música, entre las graves voces, que vibran hasta lo más profundo del ser.
</div><div> Quiero pausar ese mismo instante. Por estar donde quiero estar, con las personas que más quiero.
</div><div> Cierro los ojos —de placer —para guardar ese recuerdo cargado de sensaciones, pues no quiero olvidarlo.
</div><div> Nunca.
</div><div> Y aún ahora, cuando lo traigo a la memoria me conmueve.
</div><div> Han pasado meses y aún puedo recordar vivamente el aroma de las especias del zoco en Djemma El Fna, los colores, el bordoneo constante de la multitud hasta altas horas de la noche, los sabores y texturas intensos —dulces sobre salados —, el nocturno llamamiento al salat, las hábiles tatuadoras de henna, secretos sus rostros, los animales exóticos en mitad de la plaza, las manos encallecidas de las fabricantes de aceite de argán, los jardines de Menara y el Palacio Azul...
</div><div> Marrakech, la Ciudad Roja, conserva todas las tradiciones comerciales bereberes y toda la insuperable belleza arquitectónica de un imperio que llegó hasta nuestro norte, y que es tan fácilmente reconocible para nosotros, por nuestra propia historia que estuvo unida por siglos.
</div><div> Deambulo por el Palacio de la Bahía escuchando como música sinfónica las historias de la chica que nos guía. Nos señala un precioso techo de almocárabe por aquí, unos segundos, un arco de herradura polilobulado por allá, y pienso que podría estar todo el día mirando cada pilar laboreado y cada techo taraceado de madera, para deleitar mis sentidos con tanta delicadeza y musicalidad en la escultura, que es, en este caso, escritura hecha de cal y yeso, polvo de mármol y alabastro, formando arabescos en forma de plantas que se retuercen sobre sí mismas, como el movimiento de manos de una bailaora flamenca.
</div><div> Y los riad, antiguos palacios privados del centro devenidos en hoteles, con una labor en la arquitectura y un esplendor y exuberancia en sus jardines que contienen, en sí mismos, toda la esencia de la cultura y la gastronomía árabe, donde compran hábilmente al turista, a base de agasajos y un trato servil y atento, comentarios en tripadvisor que atraigan a más turistas.
</div><div> El Sahara, la kasbah de Aït Benhaddou, los picos de las montañas Atlas, la Ciudad Roja… Todo ello es una poderosa fuente de inspiración para quien cree haberla perdido.
</div><div> Y necesita enconrarla de nuevo.
</div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-_eY7PO7aTJY/Y-JhdyfJsnI/AAAAAAAAVuU/2jzjKoOPr2UaveG7M9Q7P7pwUzTUfJyXACNcBGAsYHQ/s1600/1675780467364717-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</div><br></div><br></div><div><br></div><div>
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</div>David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-59996769542753327462023-01-16T21:36:00.001-08:002023-02-01T16:55:12.768-08:006 meses sin redes sociales <p dir="ltr"> Después de abandonar las redes sociales durante seis meses he reflexionado un poco sobre ellas. Respecto de la tecnología en general reconozco que el renunciar a la versatilidad que otorga el llevar un dispositivo inteligente siempre encima me causó varios inconvenientes desde el principio, tanto a nivel personal como profesional, dado que cambié mi móvil por uno sin acceso a internet. Lo cierto es que muchas aplicaciones son realmente prácticas en la vida cotidiana y a ellas nos hemos acostumbrado, acabando por incorporarlas dentro de nuestro repertorio de conductas habitual para solucionar todo tipo de problemas. Pronto me di cuenta de esto, así que volví a utilizar el smartphone, relegando el experimento únicamente a las redes sociales. Y después de este tiempo tengo claro que es aquí donde verdaderamente es interesante una desconexión. Todos conocemos la utilidad que en un mundo hiperconectado tienen las redes sociales, pero más allá de las utilidades obvias no está de más destacar lo que tienen de perjudicial. Es evidente que han evolucionado mucho desde los primeros intentos de interconexión, donde hablábamos y empezábamos a compartir en la distancia experiencias con unos cuantos amigos y conocidos.<br>
Estas compañías se han esforzado mucho en intentar captar la atención el máximo tiempo posible de cada individuo, adaptándose velozmente a los gustos particulares y proporcionando en vivo un contenido personalizado, y con ello hemos pasado de ver cuatro fotos de familiares y amigos a pasar horas claramente delimitadas en pequeños espacios de uno o varios minutos, viendo vídeos de personas que no conocemos haciendo cosas que un algoritmo ha decidido que nos gusta por las ventanas de tiempo que dedicamos a cada tema.<br>
Hay una diferencia entre la búsqueda activa de información que hacemos en internet, cuando algo nos interesa, y la información pasiva que recibimos en las redes sociales, porque recibir información de forma pasiva captura la atención hasta el punto de perder la noción del tiempo. Es el efecto que siempre ha tenido la televisión, que nos altera el patrón de activación neural desde la actividad propia de la vigilia hasta el nivel de una fase uno del sueño (aumenta las ondas alpha mientras bajan las ondas beta al ver la televisión, evidenciado en un estudio de un psicólogo llamado Krugman), con el añadido de que no hay pausas involuntarias y que la información está seleccionada para tus propios gustos. Pasamos, así, buena parte del día viendo imágenes y vídeos cortos sin parar, summum de la captura de la atención humana, con un patrón de conducta, que solo por analogía, podemos comparar con la conducta adictiva.<br>
¿Cuánto tiempo perdemos en las redes sociales? ¿A qué le quitamos ese tiempo?<br>
Cuando desconecté completamente seguía teniendo la sensación de tener siempre algo pendiente que revisar, como mirar una notificación de cualquier aplicación de mensajería instantánea o de cualquier red social. Cuando aparecían aquellos momentos muertos a los que por inercia había asociado a perderme en la pasividad de las redes sociales notaba la ausencia y la sensación de estar desconectado de algo grande e insondable, una sensación que por momentos se volvía angustiosa y placentera.<br>
Y no es que la ausencia de un smartphone te haga más capaz, de pronto, de prestar más atención al presente y a la experiencia directa al más puro estilo del mindfulness. En absoluto. Pero sí es cierto que al no tener un espacio donde la mente pueda huir de sus pensamientos con el abotargamiento de un material frívolo, de pronto uno empieza a prestar, sobretodo, más atención a sus propios pensamientos.<br>
En este tiempo he hecho muchas cosas que hacía tiempo que no hacía, y he descubierto otras que no conocía. He escrito mucho a mano y devorado novelas como antes, escuchado música, pintado retratos y paisajes, he reforzado habilidades antaño aprendidas y me he enseñado a hacer cosas nuevas; he hecho mucho deporte, estudiado de esto y de lo otro y pasado horas y hasta días jugando con mi mente a resolver adivinanzas. He viajado en estos meses, y he experimentado intensas emociones para el recuerdo pasando horas recorriendo la Historia en las pinturas del Prado, o bebiendo té en el Sahara al ritmo de tambores y danzas bereberes. <br>
Ha sido una gran experiencia de alivio mental en la que me he acercado a mi yo de antes de la aparición de los móviles táctiles. En estos meses me he hecho más consciente de la psicología conductual que está detrás de esta industria, y de la que he aprendido —es posible —a desprenderme y limitar su influencia. <br>
Internet puede ser la ambrosía de la mente libre, con la búsqueda activa de información, o la cárcel de la mente pasiva que se deja llevar hacia la conducta adictiva, sin quererlo, sin darse cuenta.<br>
Creo que cuando uno le quita valor al teléfono móvil, que por generación es de las cosas materiales más valiosas, lo demás gana en interés, y todo brilla más y sabe mejor.<br>
Pero esta es solo mi experiencia.<br>
</p>David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-51086030881880156792023-01-09T21:43:00.001-08:002023-02-01T15:42:12.004-08:00Artículo en revista AEM: Ciencia y Móviles<div> Cuando camino por la calle puedo observar tristemente muchos niños, adolescentes y adultos adictos a los dispositivos móviles, mirando el mundo a través de ellos, viviendo el mundo a través de ellos, interactuando a medias con la vida real: los puedo ver grabando en vez de sentir, viendo jugar en vez de jugar, creyendo aprender en videos de segundos lo que cuesta años entender y estudiar. </div><div> Pobres ojos cansados del adulto que pasa horas mirando casi sin parpadear, ajeno a lo que le rodea, pero más problemas presentan los cerebros en desarrollo de los niños que sufren la liberación de dopamina durante horas, y la tolerancia a una droga que les hace necesitar mucha activación visual para despertar su atención. </div><div> Atención. </div><div> Tantas horas hipnotizados, zombificados delante de un hechizo, con el cuerpo quieto como encadenado a la cueva de Platón, y mientras tanto el mundo real va danzando afuera, esperando a los niños y su risueña vivacidad. Y luego salen disparados a compensar con hiperactividad la falta de actividad, la total inactivación muscular pegados a la pantalla. Porque eso hace el móvil: apagar a los niños. </div><div> Cuánta frustración genera, entiéndanlo, cuánta alteración emocional dispara cuando la droga es sustraída de súbito. </div><div> Hay sobrada evidencia empírica de cuántos problemas cognitivos genera (Desmurguet, 2012), entre ellos problemas del rendimiento académico, del sueño, emocionales, atencionales en la infancia (Swing, 2010), atencionales en la adolescencia (Landhuis, 2007), del lenguaje (Zimmerman y cols, 2007, Chonchaiya, 2008), del aprendizaje, de problemas del desarrollo evidenciados en estudios longitudinales (Tomopoulos, 2010), de la percepción (Winterstein, 2017) y problemas psicomotrices, cada cuál con unos resultados más aterradores que los anteriores respecto a la relación entre problemas psicológicos y abuso de dispositivos electrónicos en la infancia. Sin contar con otros problemas médicos tales como el sobrepeso, la obesidad o la miopía.</div><div> ¿Cuántos estudios científicos más hacen falta para enseñar a la sociedad que el abuso del móvil es nocivo para el cerebro en desarrollo de los niños?</div><div> ¿Qué es simple uso y qué es sobreexposición o abuso?, se preguntarán al leer esto.</div><div> Abuso es cualquier exposición en menores de dos años, más de una hora en niños de dos a cinco años, y más de dos horas en niños mayores, del sumatorio de todas las pantallas, tanto móviles como tabletas, televisión o cualquier otra forma de almacenamiento digital. </div><div> Sorpresa.</div><div> En exceder dichos límites recomendados por la Asociación Americana de Pediatría reside la correlación con los efectos encontrados en estos estudios, tales como un menor número de palabras espontáneas a los dos años (17 puntos menos por cada hora al día de pantallas en el Inventario de Desarrollo Comunicativo de MacArthur, mientras que leer una hora al día aumentaba 7 puntos), una pérdida de detalle en la copia de dibujos y pobreza en la ejecución, seis veces más probabilidad de padecer trastornos del lenguaje, dificultades de coordinación bimanual en la infancia, dificultades para mantener la concentración en la adolescencia, etc. </div><div> Encontrar este abuso de pantallas móviles en las casas es más la norma que la excepción hoy día, como todos podremos observar a poco que saquemos cuentas, y esto no ha hecho sino empeorar exponencialmente el panorama de sobreexposición que ya ofrecían la televisión y los videojuegos desde generaciones atrás. </div><div> Hasta hace relativamente poco no existía la evidencia científica suficiente que respaldase de manera contundente el impacto para la salud mental de niños y adolescentes. </div><div> Ahora ya la hay. </div><div> Algunos estudios apuntan a los beneficios que aportan cuando el contenido es educativo, pero ese beneficio no es superior a la experimentación directa o al que ofrecen otros materiales educativos, luego pueden ganar poco, y perder mucho.</div><div> Es un problema de Salud Pública, como se puede deducir de estos resultados.</div><div> Apartar el móvil de los niños más pequeños es un deber; cuanto más tarde empiecen, mejor. Controlar el uso en los mayores es un gran acierto; cuanto menos tiempo pasen, mejor.</div><div> Es tu responsabilidad. La de todos.</div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-8W6UutDMiZ0/Y7z7AdiFGCI/AAAAAAAAVCc/yTArcgDpwfYBAapk1FJKXMk60likgNK7wCNcBGAsYHQ/s1600/1673329401977838-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</div><br></div>David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-55784921950254557652022-04-16T20:29:00.001-07:002023-02-03T21:09:24.857-08:00Ideas irracionales Ayer tuve una interesante charla con una persona con ideas irracionales. Todos las tenemos en alguna medida, y las defendemos con vehemencia, por creerlas ciertas, verdaderas.
El principio fue: "¿has oído hablar del dióxido de cloro?"
Yo le dije que no, aunque sí había oído algo por ahí. Así que me explicó muchas cosas, y yo la dejé hablar y escuché atentamente, tanto fue así que en algún momento ella entendió que me estaba convenciendo de su eficacia.
Según ella, el dióxido de cloro es cura para todas, todas, las enfermedades y se valía de sus propias experiencias y de las experiencias de otras personas que conocía cercanamente para afirmar que funcionaba.
Cuando ella acabó de contarme todo en relación a este producto yo le señalé algunas incoherencias dentro de su discurso irracional, de lo que paso a mostrar mis conclusiones y reflexiones:
-Que algo te funcione a ti no significa que funcione, porque no se han controlado las variables que están influyendo en el efecto, por lo tanto no sabes si, dentro de la relación causa-efecto (por ejemplo, aspirina-reducción de cefalea tensional), la causa es la sustancia a la que atribuyes la causa, otras causas que están operando al mismo tiempo, o la suma de varias (en este caso tener buena salud-tomar dióxido de cloro, pues puedes tener buena salud por otras causas y no por estar tomándolo). Para eso se necesitan estudios controlados con muestras grandes de personas. Ante este argumento un contra argumento del mismo índole irracional apareció como un resorte: no se han hecho estudios porque no les dejan, porque no interesa. Pudiera ser. En cualquier caso, para lo que nos ocupa, el motivo de por qué no hay estudios es lo de menos. No hay estudios de eficacia controlados, luego no puede afirmarse que sea eficaz. Nada es eficaz hasta que se demuestre lo contrario, y no al revés.
-Que alguien te cuente que algo le funciona no significa que eso le haya funcionado, y de la misma manera, que alguien te cuente que a otras personas les ha funcionado no significa que a esas personas les haya funcionado. Dentro de esto hay variables tales como la exageración, las expectativas, el interés de tener razón sobre algo a lo que has dedicado gran esfuerzo y tiempo, el placebo, la distorsión de la memoria, los sesgos que el pensamiento produce para ajustar los hechos (y sobre todo los recuerdos) a nuestras creencias. Inclusive, la mentira (la mentira es algo de lo más común y corriente, mucho más que los hechos objetivos extraños), las medias verdades, etc.
-Recelo profundamente de la certera afirmación (y por eso publico este texto) de "en cualquier caso, no hago daño a nadie, solo a mí". Y recelo profundamente de esa afirmación porque, a pesar de ser cierta, en realidad aquella persona, con sus buenas intenciones y todo, intentó convencerme, y lo hizo premeditadamente y sin conocerme de nada, y sin que yo la animara a hacerlo, lo que me lleva a pensar, ¿a cuántas personas ha intentado convencer antes que a mí de la eficacia de un químico que no se sabe si es eficaz para nada en relación a la salud, y mucho menos para todo?, ¿y a cuántas personas intentará convencer después? Y a pesar de que no lo consiguió pudo ser otra persona la oyente, más vulnerable a pensamientos irracionales. Un adolescente, por ejemplo, quien por definición ve la vida de manera dicotómica, con verdades absolutas.
Los pensamientos irracionales son peligrosos, porque pensamientos y conducta están totalmente relacionados.
Este texto es en pro de la reflexión y del uso de la razón para tomar decisiones.David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-35836102880257025712021-10-16T00:30:00.001-07:002023-02-03T21:09:24.857-08:00Cerebro al 10% El otro día tuve que argumentar que, lamentablemente, el cerebro no está activado al 10% de su capacidad. Para aquellos que no tengan claro el porqué, ahí va un ejemplo del cerebro funcionando en toda su capacidad: una persona caminando por la calle. Sencillamente.
Intentaré explicarme. Cuando una persona camina por la calle está expuesta a diversos estímulos externos y a otros tantos internos. En cuanto a los externos, su cerebro está respondiendo continuamente a la estimulación que reciben los órganos de los sentidos que transducen en señales eléctricas hasta el cerebro, tales como la activación del lóbulo occipital al mirar un coche, el temporal al escuchar un pitido, o zonas más específicas como el giro fusiforme al mirar el rostro de una persona o el área del lenguaje de Wernike al escuchar a alquien hablar. A su vez, en cuanto a estimulación interna, se está procesando, a un nivel no consciente, una cantidad de datos propioceptivos encargados de la postura y el movimiento al andar y de las sensaciones del tacto, que son integrados en áreas parietales del cerebro con aferencias o vías a la médula espinal por el tronco cerebral. Tener un recuerdo mientras caminas, lo cual es habitual, activaría otras zonas corticales (lóbulo temporal) y subcorticales (hipocampo, amígdala), recordar algo que debemos hacer en un futuro próximo también implicaría la activación de amplias regiones del lóbulo frontal relacionado con la planificación y toma de decisiones, y la motivación otorgada a tales insrucciones; el simple hecho de decidir dirigirse en una dirección activaría la corteza motora y premotora para llevarlo a cabo. Es un ejemplo ilustrativo, creo, de cuán amplia es la activación cortical constantemente, tanto que, del consumo diario de glucosa general de todo el cuerpo, solo el cerebro consume el 20%.
La creencia de que el cerebro solo está activado al 10% de su capacidad fue desarrollada y extendida durante periodos de ceguera para las neurociencias. Hoy en día se ha comprobado que es un mito, pues prácticamente se activa todo para cosas muy sencillas, al menos cuando el esfuerzo implica diferentes operaciones tales como procesar información entrante, pensar, traer algo del recuerdo, sentir, planificar, etc; procesos muy de la vida cotidiana, en realidad.
Espero que sirva de luz para quien tenga dudas sobre el tema.David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-60822596816741929472021-10-13T00:35:00.002-07:002023-02-03T21:09:24.857-08:00La fragilidad de la autoestima Cuando el otro día mi hija me dijo que no quería ir al cole porque si no se quedaba embobada, le dije que yo también me quedo muchas veces embobado, pensando en mis cosas. Muchas veces. Ella se rió. Algo similar ocurrió otro día cuando me dijo que se había equivocado haciendo algo. También acabó riendo (yo siempre le pongo caras y hago ademanes exagerados. Nos lo pasamos bien)
Detrás de esa risa genuina, tras un momento de tensión en la construcción de su personalidad (sí, eso había detrás), estaba debatiéndose una pugna por el alza o la baja de su autoestima. En ambos momentos salió reforzada. Porque la autoestima de un niño crece por refuerzos o decrece por comentarios negativos relativos a su forma de ser, a su personalidad. Cada día.
Flexibilidad cognitiva y sentido del humor son factores protectores dignos de empoderamiento y Salud Mental.<div class="separator" style="clear: both;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgU1SU3EV-cFkK2EAIKGqeDrkDCbTtYq1A9Fphx-Ru68U3f8xoCWtLh7-t2MYa7NGmilxTHHDBbEGzxbj1hc6VUoLIoIRZLNADJwiQResY43ofrYnTaVCFjFL3lMO6gbbpMaeKKIg7LYs7Mbgs4KYZocEm-DDKxSiDPLABgDkTA3HSdQwXI_f5NAQ/s1310/FB_IMG_1675485403722.jpg" style="display: block; padding: 1em 0; text-align: center; "><img alt="" border="0" height="320" data-original-height="1310" data-original-width="1080" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgU1SU3EV-cFkK2EAIKGqeDrkDCbTtYq1A9Fphx-Ru68U3f8xoCWtLh7-t2MYa7NGmilxTHHDBbEGzxbj1hc6VUoLIoIRZLNADJwiQResY43ofrYnTaVCFjFL3lMO6gbbpMaeKKIg7LYs7Mbgs4KYZocEm-DDKxSiDPLABgDkTA3HSdQwXI_f5NAQ/s320/FB_IMG_1675485403722.jpg"/></a></div>David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-46229392925575388542021-08-13T20:40:00.001-07:002023-02-03T21:17:17.903-08:00La dieta del psicólogoPodéis hacer una analogía entre el psicólogo y el nutricionista; quien ha intentado adelgazar y no lo ha conseguido por sus propios medios acude a un experto para alcanzar el objetivo de pérdida de peso deseado, comiendo lo que el experto aconseja, haciendo el ejercicio por él recomendado, etc. De la misma manera, quien pretende controlar su ansiedad, su insomnio, depresión, etc, sin éxito puede acudir a un psicólogo para que le enseñe a hacerlo participando el cliente de una forma activa para cumplir el objetivo de reducción de síntomas o el de una mejor calidad de vida.
Quizá esta analogía, más alejada del ámbito médico, rompa con la visión del psicólogo como el último recurso para los casos graves de trastorno mental, y empiece a naturalizarse el ir sin ser tildado de débil mental, creencia que repercute en la autoestima de quien necesita esa pequeña ayuda de tipo leve. Habitualmente para estos clientes la Seguridad Social solo ofrece, por falta de recursos, soluciones de tipo farmacológico, pues resultan más baratas. Eficaces éstas, pero en algunos casos iguales de eficaces y en otros menos eficaces que el tratamiento psicológico, sin contar con los efectos secundarios de los psicofármacos, y que para casos leves no son necesarios.
Si sientes que no lo puedes controlar, acude a un especialista.David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-8505700242444597392021-08-01T22:56:00.034-07:002023-02-03T21:10:10.871-08:00Máster en Comportamiento No Verbal y Detección del Engaño<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-UlTR3wOqROM/Y93oGD_hwWI/AAAAAAAAVoQ/pqu1DLOM5zY4fJrF-33v5LkRhU5ppiKrgCNcBGAsYHQ/s1600/1675487251678646-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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</div>Este año terminé mis primeros estudios de post grado. Y se me dio realmente bien. Tanto que obtuve una mención a mejor expediente académico, que recogí en persona en una preciosa gala en Madrid.
A día de hoy puedo afirmar que el comportamiento no verbal es una rica fuente de información, y que, junto al lenguaje verbal, pueden establecerse inferencias de relevancia significativa y con aval científico sobre la credibilidad del testimonio de una persona, sobre la coherencia en su comunicación, sobre lo que calla voluntariamente o no se atreve a decir. A pesar de ello, en la revisión de los distintos meta análisis disponibles sobre la materia, se observa que el lenguaje no verbal por sí solo no es suficiente sin el lenguaje verbal y su contexto, y sin la participación activa del "interrogador" en la búsqueda de información necesaria y suficiente.
La mentira, por su parte, es una realidad social ancestral y adaptativa, que se utiliza de manera frecuente. <div> Este máster, para mí, no es otra cosa que una herramienta potente a nivel clínico, que me ayudará en mi ámbito profesional, y una aún más poderosa herramienta para el ámbito artístico, para potenciar el conocimiento del ser humano y poder plasmarlo en su complejidad en mis futuras novelas.
Y ahora continúo. A por mi siguiente reto académico, artístico y personal.
Disciplina.</div>David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-88754407572312802912021-03-18T02:04:00.001-07:002023-02-01T15:43:20.098-08:00Nuestro Bosque de Tinta: El bucle y el hada<div> Había una vez una flor que fue polinizada por un hada nocturna. Esta gestó un fruto encantado de un escintilante celeste, y de él surgió un bucle temporal infante, torpe en su lento girar, que fue creciendo y creciendo de superficie, virando cada vez con más intensidad. </div><div> El bucle se alimentaba de su entorno, creando una racha de viento y el levantar de la hojarasca en un vendaval unidireccional, que daba vueltas y más vueltas en torno a él.</div><div> El bucle de tiempo se hizo más grande, y a través de él podía atisbarse el pasado y el futuro del bosque encantado, entreverados. El pasado se vislumbraba frondoso y con mucho esplendor, donde las sílfides y los gamos, donde los duendecillos a lomos de frenéticas ardillas correteaban de acá para allá a su antojo; el futuro, sin embargo, aparecía gris, devastado por la tala y el fuego interesado, la tierra yerma, y a través de ella el paso de las máquinas por encima de los animales muertos.</div><div> Tras mucho observar y observar, la misma hada que creó el portal, ya anciana, decidió cerrarlo para siempre. Se había pasado la vida observando el bucle, y concluyó que el pasado le traía la añoranza y la melancolía de la juventud; que el futuro le hacía sentir miedo, desesperanza, pues tanto el bosque como la magia y los animales de su manto acabarían desapareciendo. </div><div> Para siempre.</div><div> Había decidido, tardíamente, que sería al presente y no a otro tiempo, a quien permitiría espolear sus emociones. </div><div> Y desde entonces vivió sin pesares, hasta su plácida muerte. Y el bosque continuó esplendoroso por muchos, muchísimos años más.</div><div> Hasta que, un día, llegaron la máquina y la industria, como el bucle predijo, y poco a poco todo desapareció por entre el fuego, la tala y el paso de las máquinas por la tierra yerma.</div><div><br></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-d6q5zFIX2tY/YFMXlGn1MQI/AAAAAAAAIuQ/vdBXxVIIha0m8NHWcdyWpxndDHUa_BMhACLcBGAsYHQ/s1600/1616058254427600-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</div><br></div>David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-31464947111352988842021-03-10T08:39:00.001-08:002023-02-01T15:43:20.097-08:00Nuestro Bosque de Tinta: Predador<div> Al principio el depredador era solo un depredador. Cazaba, comía, dormía. La pantera negra, como otros, era astuta y sigilosa, y acechaba a su presa desde la sombra de los bajos arbustos de la selva. Con el paso de los siglos el depredador se fue haciendo más y más listo. Fue irguiéndose y poniéndose en pie, pues su inteligencia le permitía cazar mediante la creación y utilización de trampas, y ya no necesitaba correr tan rápido ni agazaparse tras los arbustos. Fue perdiendo las garras, pues utilizaba herramientas para cortar y comer, y utilizaba la mentira y la traición para matar. Fue perdiendo los colmillos y mejoró su lengua para mejor mentir, y atrapar así a su presa con la superchería y la insidia. Su mirada ya no era asesina y penetrante, como antaño, sino persuasiva, cautivadora.</div><div> Al final, el depredador se refinó hasta tal punto que ya no parecía un predador. Se hizo el más eficaz en la caza, y la selva se fue transformando y transformando, a su vez; y la hojarasca, y los troncos de madera se convirtieron en fríos pilares de hormigón rectangular, y los ríos, cambiados también, mudaron en sinuosas carreteras de alquitrán.</div><div>Pero el depredador, el cazador implacable, seguía allí, adaptándose a su nuevo hábitat. </div><div> Dominándolo.</div><div> El tiempo lo había cambiado todo y no había cambiado nada.</div><div> Todo y nada a la misma vez, en la misma medida.</div><div><br></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-Ygd1qHrGnbE/YEj2VvnbS7I/AAAAAAAAIoo/AruwP8F8GDwyMdWcGv4X6fBrsDlFDmswQCLcBGAsYHQ/s1600/1615394387074970-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</div><br></div>David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-22107848711707246772021-03-01T01:35:00.001-08:002023-02-01T15:43:20.097-08:00Nuestro Bosque de Tinta: La cueva de las emociones<div> En medio de una disputa más bien unidireccional, suave, pero hiriente, el dominante lanzó un dardo envenenado al sumiso en forma de broma, y esta causó estragos a modo de risas por todas partes.</div><div> De pronto, el tiempo se detuvo. Y por dentro del sumiso, en su mente embotada, comenzó la verdadera batalla: la única que realmente importaba.</div><div> —Bienvenido a la fiesta —dijo la urraca al monstruo de la ira.</div><div> Cuando las luces se hubieron ido tras el lapso, se encendieron las llamas celestes en un pequeño claro del bosque de neuronas, allí donde moraban los monstruos ardientes de las emociones. Y en aquel preciso momento de apagón, el aquelarre celebraba un ritual de iniciación. </div><div> El monstruo de la ira se acercó, suspicaz, abriéndose paso entre matorrales de dendritas y axones. Sentía el rechazo en las miradas y en los gestos de los demás. Pero había sido convocado. Convocado por la urgencia y la comisión de solución de problemas.</div><div> —Percibo vuestro rechazo —dijo apretando los dientes.</div><div> —Eres malo —le recriminaron prontamente los entes del perdón, la amistad y la religión.</div><div> —No te necesitamos —dijo también el monstruo del miedo y el de la alegría —solo causas problemas.</div><div> —Si queréis que me vaya, me iré —bufó, dándose la vuelta.</div><div> —Has sido convocado —dijo el ente del equilibrio —porque eres tan necesario como nosotros, y tu ausencia ha tenido consecuencias para nuestra entidad como conjunto.</div><div> De pronto se sintió un temblor. El bosque, su bosque de conexiones sinápticas, se agitaba, expectante. Las voces de afuera se escuchaban, reverberando, como el bordoneo de una guitarra sonando lejana, cadenciosa.</div><div> —Tenemos un problema de ámbito social. El monstruo del miedo dice que huyamos, pero no lo creo conveniente. El monstruo de la alegría dice que no es importante y que no hay nada que temer, pero creo que está equivocado. El del desprecio mira el problema por encima del hombro y el del asco, como el del miedo, pretende apartarse, como también lleva tiempo sugiriendo el de la tristeza.</div><div> —¿Y tú? —le preguntó la ira a la razón —, ¿qué crees que es lo mejor?</div><div> —Lo mejor ha sido convocarte. A ti.</div><div> Y la ira asintió y se puso a trabajar sin demora, y desde abajo conjuró una palabra tan tajante y poderosa, tan gutural, que hizo retumbar su ser como un rugido en una caverna.</div><div> ¡No!</div><div> El tiempo volvió a su cauce natural. Y el dominante sintió el rugido y el reverberar de la ira poniendo una barrera entre él y el nunca más sumiso.</div><div> Se había establecido el equilibrio.</div><div><br><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-H4wxEtJT3ws/YDy1VJRVgnI/AAAAAAAAIiM/SepzjHOLO4guz-u6xdG3D1DogFIoi3gAgCLcBGAsYHQ/s1600/1614591297424332-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</div></div>David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-49473054795859680382021-02-22T20:53:00.001-08:002023-02-03T21:10:10.871-08:00Al escritor novelCuando un escritor consigue alejar los pensamientos de futuro y las expectativas, y penetra en su propia mismidad hasta el lugar donde no espera nada de nadie, ni recompensas ni halagos, sino que vive la experiencia misma de escribir como una forma de sentir y expresar emociones intensas, entonces, el escritor ha encontrado el lugar idóneo para escribir. Encontrar ese lugar es el reto más grande de quien aspira a hacerlo hoy día, en esta tormenta de aspiraciones, recompensas y decepciones que puede ser publicar en internet.
Escribe con pasión, novel escritor. Te escuchen o no. La febril mescolanza de sentimientos profundos será una grata recompensa para tu arte.David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-63531022225456999682021-02-22T08:31:00.001-08:002023-02-01T15:43:20.097-08:00Nuestro Bosque de Tinta: La isla de aes<div>Existía una isla muy lejana, más allá de los países y de sus culturas reguladas por un orden categórico, donde iban a parar felizmente todas las aes defectuosas, mal trazadas o que se salían de los bordes marcados por la regulación. Una isla de colores, alejada del mundo gris de órdenes y preceptos.</div><div>Nadie regía la isla, pues cada una danzaba a su propio compás, vestía sus propios colores y tenía sus propias formas idiosincrasicas que las hacía únicas.</div><div>Un día gris, sin embargo, todo se truncó de una sutil manera, pues una de ellas se erigió por encima de las demás de una forma sinuosa, como líder indiscutible. Y poco a poco sus trazos se fueron haciendo más y más rectos, y más y más grises, hasta que su tinta se volvió negra y opaca, y fue tan perfecta como las aes perfectas del reglamento académico y la ley de impresión. Su perfección no se quedó ahí, pues se extendió más allá de ella misma. La líder impuso reglas y normas: empezó a obligar al resto a estirarse y dejar de lucir floridos y extravagantes colores para vestir el negro oficial. Al cabo de un tiempo, la isla fue tan parecida al resto del mundo que se anexó a la tierra de donde antes quería escapar.</div><div>Y aunque hubo revueltas, la creatividad fue dando paso a la normalidad disfrazada de madurez y modernidad.</div><div>Y las aes de colores, torcidas y e irregulares ya no tuvieron donde escapar de la máquina de imprimir.</div><div>Sus creadores creativos, se habían hecho mayores.</div><div><br></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-MFeTMXiM3w0/YDPcY9eRv5I/AAAAAAAAIZw/4ZWZSyO0O80hUo8AQUF_OsdI3A5mpU_cwCLcBGAsYHQ/s1600/1614011479111173-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</div><br></div>David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-6170967234364850572021-02-15T07:06:00.003-08:002023-02-01T15:43:20.096-08:00Nuestro Bosque de Tinta: La reina del Hielo<div>Érase una vez un reino tan al norte tan al norte que al declinar el sol cristalizaba la nieve que caía, creando formas de hielo delirantes. Cada noche, tras los rojos y violetas de la puesta y el arrebol, el Castillo del Hielo tomaba forma entre la tempestad, para reinar de nuevo lo que dura una noche. Y su princesa, hija del hielo y la tormenta, al principio difusa entre la borrasca y el vendaval, ordenaba solo una cosa a las criaturas vivientes de su reino, sus vasallos: que durmiesen, pues esa era su voluntad. </div><div>Su único anhelo, sin embargo, su deseo más vivido que le quitaba el sueño y la hacía suspirar de emoción, era encontrarse de nuevo con su único amor, que veía una sola vez, al finalizar la noche, con el deshielo de su palacio y el ocaso de su reinado.</div><div>Su trono del hielo, de primor efímero en el norte, no era suficiente para ella.</div><div>Y en cada momento previo al amanecer, ella miraba orgullosa, ya en todo su esplendor, refulgente y hermosa, desde la balconada de su castillo; los primeros rayos del amanecer tras las montañas la embelesaban, a pesar de que la hacían morir otra vez, hasta su renacer con la llegada del frío de la noche. Mas ella permanecía ahí, inmóvil, exigiendo su atención.</div><div>¡Mírame!, gritaba al astro sol. Pero este, con su arrogancia desde los cielos, como cada nuevo amanecer, la ignoraba.</div><div>Y así, cada noche y cada día, su reino florecía y perecía, y ella quedaba atrapada por su obsesión, para volver a formarse otra vez, durante el crepúsculo de un nuevo anochecer.</div><div>En un reino muy al norte, muy al norte, entre el hielo, las lágrimas y la tempestad.</div><div><br></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-9xcUH-6DWbg/YCqODTCh5fI/AAAAAAAAIT4/7EziKyJJxSEi96V-maBpqK5-uhWD5b1vwCLcBGAsYHQ/s1600/1613401606552780-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</div><br></div><div><br></div>David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-72971734104023375152021-02-15T07:06:00.001-08:002023-02-01T15:43:20.098-08:00Nuestro Bosque De Tinta: La leyenda de los 3 conejos<div> —Cuenta la leyenda que si parpadeas tres veces mirando a la luna llena del tercer mes aparecerá en tu camino el primero de los tres conejos: el conejo rosado, el conejo de la niñez —le dijo al joven e incauto viajero.</div><div> —No he oído hablar de esa leyenda en mi vida.</div><div> —Si tu infancia ha sido plena y rutilante —continuó sin prestar atención a su reproche —sencillamente, se irá. Pero si fue triste y desdichada el conejo te seguirá hasta tu casa para ver en qué clase de muchacho te has convertido, y darte suerte en días venideros. </div><div> —¿Y los otros?</div><div> —¿Qué otros?</div><div> —Los otros conejos.</div><div> Cuando el joven viajero volvió su mirada al encapuchado, este había desaparecido.</div><div> Más tarde, un viajero adulto apareció por la encrucijada, y un encapuchado le abordó, apareciendo de la nada.</div><div> —Cuenta la leyenda —el viajero dio un respingo, con una mezcla de sorpresa y miedo —que si parpadeas tres veces mirando a la luna llena del tercer mes, al alcanzar la edad adulta, aparecerá en tu camino el segundo de los tres conejos: el conejo verde, el conejo de la madurez.</div><div> —No entiendo, ¿quién eres?</div><div> —Si tu vida adulta es abundante y agraciada, el conejo sencillamente, se irá, pero si es una vida desgraciada y llena de tropiezos el conejo te seguirá hasta tu casa para ver en qué clase de hombre te has convertido, para darte suerte en los días venideros.</div><div> Cuando el hombre se volvió extrañado, el encapuchado había desaparecido sin dejar rastro.</div><div> Un tanto después, un anciano viajero que caminaba lentamente, apareció por la encrucijada y parpadeó tres veces ante la imponente luna llena.</div><div> —Cuenta la...</div><div> —Hace mucho tiempo —interrumpió el viejo hombre al encapuchado que apareció de súbito de la nada —que tus compañeros se marcharon. Creo que tú no me dejarás.</div><div> El encapuchado dudó, sorprendido de su reacción.</div><div> —Eres el tercer conejo —continuó el anciano, sin inmutarse —, el conejo negro, el conejo de la vejez. Hace muchos años encontré al primero, al conejo rosado de la infancia, y sé que me siguió, pues no tuve una infancia feliz, pero aquel día todo cambió, y conocí la felicidad. Por un tiempo. Años más tarde conocí al segundo conejo, al conejo verde de la vida adulta, y sé que me siguió pues volvía a sentirme deprimido, y de nuevo, mi vida cambió para mejor. Fui feliz, otra vez, y otra vez mi estado de ánimo se truncó. Pero intuía que aún debía encontrarme con el último de los conejos de la leyenda, y al fin te encuentro. Ahora me siento desdichado otra vez. </div><div> El encapuchado movió su rostro, oculto de la luz.</div><div> —Todavía no te he contado el final de la leyenda —exhortó sin esmero —. Así es como esta concluye. Escucha con atención: al pestañear tres veces a la tercera luna, una vez alcanzada la vejez, aparecerá el conejo negro. Y heme aquí. Pero no soy el conejo de la vejez, soy el conejo de la muerte. He venido a cobrar lo que los otros dos te otorgaron: una deuda para conmigo.</div><div> —¿Qué deuda?</div><div> —La felicidad a cambio de tu vida. Mis congéneres te dieron el impulso que necesitabas. Pero siento decir que te sirvió de poco. Ahora debes venir conmigo.</div><div> El anciano comprendió. Agachó la mirada, y se preparó para marcharse.</div><div> Para siempre.</div><div> </div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-XsLdWnLhEC0/YCqN77HdkKI/AAAAAAAAIT0/ybA55w5APpYftceBNE4FiNjiXqYrUE86QCLcBGAsYHQ/s1600/1613401577603470-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</div><br></div>David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-51276343569974752652021-02-12T04:51:00.001-08:002023-02-01T15:43:20.097-08:00El druida y el fuego; Nuestro Bosque de Tinta<div>Todas las criaturas del bosque le temían. Pero no tenían miedo al druida, quien nunca se dejaba ver, y rápidamente se escabullía por entre pasadizos secretos, ocultos en las raíces de los árboles milenarios. Nadie supo nunca, hasta entonces, cuál era su nombre ni su guarida ni su intención. </div><div>Pero todos conocían y temían a su fuego desatado. </div><div>¿Por qué lo hacía?, se preguntaban serpientes, súcubos y ondinas, ¿por qué prendía fuego al bosque donde él mismo vivía? </div><div>El druida caminaba siempre despacio, dando leves golpes a la piedra vestida de musgo, con su largo bastón. Portaba el fuego dentro, y a la vez era parte de él, pues era víctima de un hechizo; cuando durante días permanecía despierto, sin poder dormir, preso por el insomnio y el delirio, su fuego se iba de su control, e invadía el bosque que tanto amaba. </div><div>Él no quería hacerlo arder. Pero no podía dormir. Y su lucha contra el insomnio, que era al final, su problema más vital, le estaba debilitando. </div><div>Y pensaba, y pensaba, cuando se iba a su lecho de rama.</div><div>Y no podía a su pensamiento detener, que daba vueltas y más vueltas a las consecuencias de su fuego desatado, cuando yacía con los ojos cerrados.</div><div>Y de pronto un día, cansado, muy cansado, dejó de intentarlo; sabía que no podría parar sus pensamientos, así que intentó concentrarse en un recuerdo amado: a él mismo, por la orilla de la playa andando, con el mar besando la arena al ritmo de su lento respirar.</div><div>Y así, aquel día, consiguió al fin dormitar, y más tarde lo convirtió en técnica y estrategia contra su insomnio y su hechizo, que fue domado a su vez.</div><div>Y ya no hubo más noches en vela, no hubo bosques ardiendo hasta el amanecer.</div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-2PoSo2WY60k/YCZ529HJupI/AAAAAAAAIPw/1eREzslh_FolihT_fcjn43rtElovz3NSACLcBGAsYHQ/s1600/1613134295581597-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</div><br></div>David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-72781862061801406022021-02-06T07:12:00.001-08:002023-02-01T15:43:20.098-08:00Nuestro Bosque de Tinta: Ansiedad<div> —En lo más profundo de tus abismos habita un monstruo... sombrío —le dice —. Su historia ha sido, y también su futuro puede ser, breve, fugaz. ¿Te atreves a pronunciar su nombre? </div><div> Pero no puede, pues si se asoma brevemente a mirar cree morir sin remedio en el fondo, en lo más profundo de sus abismos, en un desfiladero oculto de los confines de su propio mar. Siente miedo.</div><div> Y siente que crece.</div><div> Crece impetuosamente y no lo consigue frenar —y lo intenta pero, por cuanto ha pretendido hasta ahora, solo ha conseguido, su poder y ferocidad, incrementar. ¿Cuál es su nombre?, se pregunta.</div><div> Nadie lo puede pronunciar pues todo el mundo le teme.</div><div>Todo se lo come y por eso crece y crece. ¿Alguien lo podrá, algún día, parar? ¿Cuál es tu nombre?</div><div> —¡Pronúncialo!, y podrás escapar. Lejos —le dice —, muy lejos de ti...</div><div> —<i>Yo soy... </i>—musita el monstruo con desdén, y se hace de pronto un silencio estremecedor, y ni sus tripas se atreven a sonar; un silencio pesado, oneroso, asfixiante, y tras ese ínfimo instante, la criatura desprende a trozos los muros de coral que le impedían hasta entonces, crecer más y más —<i>soy quien de tus pensamientos se nutre, mas nunca me puedo saciar</i> —y como un torrente, crece en intensidad —. <i>Necesito crecer o moriré, ¡necesito comer o no existiré! Soy quien te energiza y debilita, quien te inmoviliza y domina, quien te sostiene y atrapa. Tus pensamientos y tu conducta, tu autoestima ahora son mías. Yo soy tu miedo, soy tu pesadilla...</i> —musita, y sus tentáculos y sus trémulos dedos ondeantes avanzan sinuosos por entre la bruma y la conciencia, por entre el mar de los pensamientos y la sinrazón.</div><div> —¡Pronúnciate!</div><div> —<i>Yo soy</i>... —dice lentamente, de súbito inmóvil, y su voz se hace omnipresente, sin boca ni labios, sin garganta ni lengua. </div><div> Sin voz. </div><div> Solo la vasta presencia, la inmensidad tomando forma.</div><div> En su interior.</div><div> —<i>Soy</i>... —repite desde el abismo —<i>Ansiedad</i>.</div><div><br></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-cw0qsuOR6es/YB6x28PH60I/AAAAAAAAILM/G3EQGIQANHoFb2gU5r_6wAyqP9hBQZjPQCLcBGAsYHQ/s1600/1612624340143660-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</div><br></div>David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-12681596820149578982021-02-06T06:54:00.001-08:002023-02-01T15:43:20.097-08:00Nuevo proyecto: Nuestro Bosque de Tinta<div>Hoy comienzo, junto a mi hija Sherezade, un proyecto al que espero dedicarle tiempo y cariño. Bajo la premisa "dibuja lo que quieras" ella hará un dibujo libre; yo escribiré después una pequeña historia que lo acompañe, ayudado por su imaginación. Codo con codo.</div><div>Soy padre, psicólogo y escritor, y mi hija y yo vamos a intentar expresarnos artísticamente y a compartirlo con vosotros.</div><div>En la siguiente publicación encontraréis la primera de estas expresiones.</div><div>Nos vemos pronto.</div><div><br></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://lh3.googleusercontent.com/-WJ2llcg_GiI/YB6tncNVGtI/AAAAAAAAILA/dgRLNZtty1Yd3gnU1YA58Zij-L0IyuscQCLcBGAsYHQ/s1600/1612623254960731-0.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;">
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</div><br></div>David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-45474388675265793982021-02-01T01:49:00.001-08:002023-02-03T21:09:24.857-08:00Sobre el método científico Me gustaría comentar, o dar un poco de luz, a aquellos que son desconocedores de cómo funciona habitualmente o cómo es el procedimiento científico habitual para que una disciplina sea considerada con el suficiente aval científico.
Cuando se habla de un estudio científico, con sede en una universidad tal y con un autor cual, que presenta unas conclusiones determinadas, estas no significan que el efecto encontrado esté avalado por la ciencia. Nada más lejos de la realidad. La ciencia es todo un conjunto de procedimientos que confluye en un basto cuerpo de conocimiento, y este es dinámico, que se nutre y lo conforman gran cantidad de estudios científicos convergentes en determinados temas.
Normalmente, los estudios pioneros en un campo suelen contar con muestras de sujetos pequeñas que impiden por definición inferir conclusiones generales; por contra, permiten abrir el campo de estudio, dar luz sobre una posible relación causa efecto, pero que necesita de un mayor número de estudios, con un número de sujetos grande (n>100 para que se cumpla la "curva normal" para los que tengan noción de estadística) y con grupos de investigación independientes unos de otros en el importantísimo proceso de replicación. Eso es esencial en la ciencia: la replicación. Los resultados de un estudio no valen nada si no se replica dicho estudio hasta que se encuentran las variables moduladoras que están mediando en ese efecto, y que quizá sean incluso causa de este. Cuando el campo de estudio se vuelve amplio (con muchos estudios del mismo tema por parte de distintos equipos de investigación) entonces la ciencia recurre al meta análisis, que es como se recoge toda esa ingente cantidad de información distribuida en varios años, en un solo estudio recopilatorio, que se vale de métodos estadísticos (elevando la n al sumatorio de participantes de todos los estudios incluidos) para calcular medias y desviaciones típicas generales. Un meta análisis es una revisión sistemática y matemática que se basa en el análisis de datos, por contra de la revisión narrativa, donde un autor revisa todo lo que puede abarcar de un campo, y según su propio criterio y disciplina profesional, y su estilo literario, llegará a unas determinadas conclusiones.
Hablo de esto porque entré en un interesante debate con Francisco Fidel Martínez y Emilio J. Torregrosa sobre el problema de los psicofármacos y la posibilidad de que las terapias alternativas entrasen en juego para tratar los problemas psicológicos. Respecto de la acupuntura, sobre la cuál Emilio es un experto y sobre la que yo soy un completo desconocedor, parece que se ha evidenciado una eficacia en el tratamiento de la ansiedad y la depresión en una serie de estudios. Sin embargo, en los meta análisis que ya hay sobre este campo (encontrados en la base de datos Linceo), se concluye que no hay suficiente evidencia para poder afirmar que la acupuntura es eficaz para el tratamiento de ansiedad (Li y cols, 2019), por lo que se necesita continuar investigando; pero sí la hay para afirmar que la acupuntura es comparable al efecto de los antidepresivos para el tratamiento de la depresión (Zhang y cols, 2009). En otros ámbitos médicos, fuera del ámbito psicológico, han encontrado mejor apoyo, como es el caso de enfermedades relacionadas con el dolor crónico como dolores de cabeza, migrañas, dolor de espalda, dolor cervical y osteoartritis (Muñoz-Ortego y cols, 2016).
He querido citar estos meta análisis para trasladar el mundo académico a un comentario fútil en facebook, a modo de muestra, de cómo se manejan los académicos para poder apoyarse en la ciencia a la hora de hacer una afirmación.David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-10494206595516103692021-01-29T06:02:00.001-08:002023-02-01T15:40:47.850-08:00A mi amigo Pepe Payá<div>Hace tiempo que no escribo nada. Hacía tiempo que no sentía la necesidad.</div><div>Ahora, con la muerte de Pepe Payá he sentido cosas que creía que estaban dormidas u olvidadas en algún oscuro recoveco de mi personalidad.</div><div>Pepe Payá presentó conmigo mi primer libro, lo recuerdo, codo con codo, en la Fnac de Alicante, hace ahora unos 7 años. Ni si quiera recuerdo cómo contacté con él, pues no lo conocía. No lo consigo recordar. Pero sí recuerdo sus palabras, sus consejos. Yo estaba muy nervioso, apoyado en la barra de la cafetería frente al escenario, y él me habló de mi capacidad, de mi futuro. Y luego habló al público de mi libro.</div><div>Siento una punzada de dolor al pensar que ha muerto. Tampoco comprendo por qué; soy Bastian ante la muerte del librero que le ofreció la Historia Interminable, Frodo ante la muerte de Gandalf, Harry ante la muerte de Dumbledore, Alejandro ante la muerte de Leonardo. Así me siento.</div><div>Yo nunca estuve a la altura de una personalidad como la suya. Lo sé, y lo he asumido.</div><div>Las veces que hablamos, siempre me inspiraba y aconsejaba qué pasos seguir para tener éxito como escritor, y qué errores no debía cometer. Y como no he sabido aprovechar sus consejos, y como he cometido los errores que no debía cometer para no caer en el olvido, ahora que no está siento como un vacío que su mera presencia, llenaba. Quería pensar que estaba ahí, que si acudía a él para pedirle de nuevo consejo, estaría. </div><div>Pero ya no está. </div><div>Quizá me he centrado demasiado en mis estudios, y he caído, como él vaticinó, en el olvido. Pero no me importaba, hasta ahora. </div><div>He sentido, al conocer la noticia, una sincera y profunda tristeza. No es fácil de explicar. No teníamos un vínculo emocional, pero siento su pérdida, y ha levantado mis ganas de escribir.</div><div>Mi carrera como escritor está vinculada emocionalmente a este hombre. Y siento que ha muerto un poco con él.</div><div>Te llevaré en mi memoria siempre, Pepe.</div><div>Descansa en paz.</div>David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-14266796525106085232020-07-08T09:10:00.001-07:002023-02-01T15:40:47.851-08:00Un viaje de aventuras<div dir="ltr">
Tic, tac.<br />
Un intenso viaje hacia el interior del jardín de las hadas (que en nuestro mundo desapasionado de adultos serios, vagando entre lo cotidiano, llamamos el jardín de la Iglesia), nos hizo entrar en contacto con la magia profunda, y allí anduvimos durante lo que parecieron horas.<br />
Tic, tac.<br />
No había hadas, pues estaba el sol todavía, pero podía percibirse su presencia mágica, durmiente, y si se miraba con precisión podía vislumbrarse sus casitas entre los troncos de los árboles más retorcidos. De pronto, una de ellas apareció, tic, tac, batiendo sus brillantes y blanquecinas alas de oropel, y nos advirtió de que algo súbito estaba por venir. Y todo se truncó: tuvimos que salir huyendo pues un inesperado invierno antinatural nos alcanzó; por ese motivo nos desplazamos hacia el Castillo de Hielo (que no era sino la Casa de Cultura, cuya torre del homenaje coincidía, en su imaginación, con las escaleras de la esquina que da a la parte alta de las butacas). Allí nos enfrentamos a los monstruos del hielo, y tuvimos para ello un espíritu inquebrantable.<br />
Y vencimos.<br />
Tic, tac.<br />
Fue así como Sherezade fue proclamada Reina del Hielo, y adquirió poderes que le permitirían enfrentar futuras adversidades. <br />
Tras tan renombrada hazaña, nos encaminamos rumbo norte en una misión secreta de reconocimiento del territorio, y subimos la cuesta hacia el Concejo de la villa. Habían algunas personas por el camino real (espías, probablemente, que nos seguían en nuestro cauto caminar), tic, tac, así que tuvimos que escondernos en una cueva (la entrada con escaleras a Claus y Broques). <br />
Y allí, al socaire del paso del tiempo, quedamos. Allí, mirando de frente al Tiempo y su lento transcurrir, quedamos, protegidos de los enemigos, mirando el tic-tac de mi reloj, escuchando de forma abstraída y completa cómo los mecanismos del artilugio hacían mover las manecillas hacia el futuro, imparable, imprevisible, inquebrantable. <br />
Tic, tac, tic, tac. <br />
Ella me miró como sorprendida, y sonrió. Había sentido por un instante la magia en estado puro, y yo me había percatado: la presencia plena de su atención, puestos todos sus sentidos en el tic tac del reloj. Y había desaparecido el resto de cosas que circundaban y bailaban a su alrededor. <br />
A su alrededor. <br />
Fue una mañana cualquiera, paseando con ojos soñadores entre lo común y corriente, entre lo fútil y lo intranscendente, pero en sus ojos erraba una luz, y en su viso, y en sus motas pardas había escintilantes hebras de una máquina que no dejaba de producir; una máquina tejedora de sueños y productora de los más avanzados telares de la imaginación.<br />
Mi productora de sueños. Mi promotora de fantasía.<br />
Mi hija, mi niña.<br />
Mi sol.<br />
</div>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://1.bp.blogspot.com/-jU2yejlPXWk/XwXwG4H0wTI/AAAAAAAABuI/e8yFs1xUWUsMk3G-c7AF1lfZPVEMWA0-gCLcBGAsYHQ/s1600/20200705_153039.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="827" height="320" src="https://1.bp.blogspot.com/-jU2yejlPXWk/XwXwG4H0wTI/AAAAAAAABuI/e8yFs1xUWUsMk3G-c7AF1lfZPVEMWA0-gCLcBGAsYHQ/s320/20200705_153039.jpg" width="165" /></a></div>
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<br /></div>
David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-67074128779288272042020-06-28T12:10:00.001-07:002023-02-01T15:42:12.004-08:00Nuevo número de la revista AEM: A mi niña pequeña<div dir="ltr">
Mi niña pequeña. Cuando un día tu avidez por la magia despierte en las horas para ir a dormir, te mostraré esperanzado la luz de las criaturas del bosque que surgirán de nuestra imaginación para el esplendor de su mundo: y las hadas cobrarán vida en tus ojos, y los gnomos y los elfos y los duentes y las ninfas, las selkies, los silfos y los druidas vendrán a vernos en nuestros relatos que nos mostrarán la libertad y la irracionalidad del espíritu humano como parte fundamental de la conciencia y la imaginación. Iremos de la mano, juntos, al Romanticismo en la literatura, y nos quedaremos a vivir en él durante un tiempo largo abstraídos del exterior; y conoceremos a Christian Andersen y su "Nuevo traje del emperador" y su "Sirenita" y su "Patito feo", a Yeats y sus bosques míticos, a los hermanos Grimm y Perrault y sus cuentos de hadas, a Edgar Allan Poe y su magia negra, a Lord Byron y su espíritu dionisíaco y sus dioses griegos como parte integrante del alma humana. Y te mostraré el mundo fantástico creado por tu padre como un subcreador de un mundo mágico, que espera ansioso conocerte y hacerte formar parte de sus reinos encantados y sus vicisitudes girando en torno al motor de lo humano: el amor.<br />
Hasta que un día, más adelante, cuando los años pasen y pasen y la ilusión por los reinos mitológicos llegue a un primer ocaso, nos toque despertar.<br />
Entonces te contaré otro cuento diferente. Te contaré del mundo que llaman real, el mundo para los adultos de nuestro tiempo, vacío de contenido y de valores humanistas escaso, con periodos de un condicionado esplendor y acechantes ciclos cataclísmicos: el mundo donde vivimos en la vida cotidiana; ese mundo donde la magia y el sentimiento de lo profundo y lo libertario fue sustituido por lo práctico y lo rentable, por la mercancía y los negocios; donde la máquina y la industria demostró, al final, que no llegó como parecía a liberarnos sino a esclavizarnos en un sistema complejo del que no se puede escapar sino por el sometimiento al trabajo en un mundo con los recursos mercantilizados, repartidos y controlados por unos pocos, que ya no son los villanos de un cuento, sino los adalides orgullosos y esforzados, beneficiados, de un sistema injusto dado. Entonces, cuando el desánimo y la decepción por una realidad para adultos productivos llegue, volverás tu mirada atrás y comprenderás que Mary Shelley y los románticos tenían razón, pues la máquina Frankenstein no se pudo controlar, que la vida real se ha convertido en una fábrica de gente productiva que fabrica productos que compra y tira y vuelve a producir y comprar, y aunque la catástrofe lleve a niveles de vacío existencial el futuro vuelve a retomar la cadena de un consumismo excluyente, superficial y cruel, y en él nos toca vivir.<br />
Sin embargo, espero que no olvides nunca la magia, Sherezade, porque yo estaré ahí para recordarte en los momentos difíciles que un día fuimos libres en los bosques encantados de la imaginación, allá donde nadie podrá nunca alcanzarnos. Quizá ello te haga fuerte y capaz para afrontar desde la plenitud del alma en la infancia el vacío de la sociedad adulta de consumo que con consumismo se intenta, en vano, saciar.<br />
Tengo tantas cosas que contarte... Ahora duerme, mi niña, yo estaré aquí cuando despiertes. <br />
Cuidándote.</div>
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<br /></div>
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David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-19832781794718160342019-12-20T12:05:00.001-08:002023-02-01T15:42:12.004-08:00Nuevo artículo de la revista de la AEM<div dir="ltr">
—Todo comenzó con los fuegos eternos que ardían en la tierra sin que nadie los prendiese —dijo la Muerte —. Yo los puse allí, allí extendí mis ríos de alquitrán bajo la tierra.<br />
—¿Y después?<br />
—Después solo tuve que esperar.<br />
—¿Hasta cuándo?<br />
—Hasta la modernidad, claro. Hasta que los hombres se dieron cuenta del valor que poseía ese líquido chicloso que llamaron petróleo más allá de la impermeabilización con la brea para los barcos o el encender de lámparas y teas. Después todo fue muy fluido: la Revolución Industrial, el colonialismo imperial, el eurocentrismo, los contratos leoninos de los británicos sobre Irán, la exploración, perforación, explotación, producción y comercialización de los pozos petrolíferos de toda la región a cambio de casi nada; las Guerras Mundiales, el reparto entre ingleses y franceses de Oriente Medio tras la caída del Imperio Turco Otomano, y más tarde, la entrada de los Estados Unidos en defensa de la Libertad y la Democracia, y la Unión Soviética en defensa, a su vez, de la Justicia Social y la Patria de los Trabajadores, y unos y otros favoreciendo dictaduras y alimentando conflictos para extender sus influencias, en detrimento del mundo entero; influencias que fortalecían un bando u otro según los intereses de cada uno. Y es esa doble moralidad de bandos la que nos han traído inexorablemente a los exilios y las guerras del ahora en las tierras de Siria e Irak antes llamadas Mesopotamia, donde ardían los fuegos eternos sin que nadie los prendiese. Allá, sobre mis ríos de alquitrán, corrió tanto la sangre y durante tanto tiempo que me hice fuerte y bella, y ansiosa. Y cada vez quería más ¡y más!<br />
Hubo un silencio breve. La Muerte miró al vacío, absorta en la espesa neblina gris.<br />
—¿Y entonces? —preguntó el iluso.<br />
—Entonces hubo muchos muertos. Muerte por todas partes y en nombre de múltiples y contradictorias ideologías, todos creyendo tener la razón sobre sus éticas conductas, y todos tenían razón, pero no encontraron la paz en la tolerancia, quizás; hubo muertes, digo, por el control de los recursos, por el control de las tierras ancestrales y por la justicia y las libertades entre unos y otros pueblos que son uno, en realidad, aunque lo hayan olvidado: un solo pueblo en continua mescolanza, ya sea que se llamasen árabes, turcos, pashtuns sunitas, bengalíes, indios, persas chiítas, libaneses fenicios o cartagineses, judíos sefardíes, judíos ashkenazis, israelíes sionitas, armenios, kurdos, eslavos, germanos, galos, anglos, sajones, godos, visigodos, ostrogodos, tartecios, íberos, ilirios, ligures, franis, vascones, gitanos, húngaros magiares, caucásicos, celtas, celtíberos, normandos, mongoles, egipcios, tuaregs del desierto o beréberes nómadas, bosquimanos de la sabana, bantús, zulús, xhosas, tembús, pondos, bechuanas, shanganes, otentotes, hutus o tutsis o dembeles africanos, o mayas, u olmecas o toltecas o azecas o criollos o incas peruanos o mapuches o guaraníes del mundo brasileño americano... ;y todos siendo un mismo pueblo: la raza humana, destruyéndose a sí misma. Y así siguen, de hecho. A mi favor.<br />
Suspiró.<br />
—Pero... ¿Por qué?, ¿por qué?<br />
—Yo también tengo que alimentarme, ¿sabes? —dijo ella —. Esta es mi ambrosía.<br />
La Muerte sonrió. Entre la bruma.<br />
—Entiéndeme. Dios creó el cielo y la tierra, y al hombre. Yo creé el petróleo del Medio Oriente y la plata de México y el Perú y el brillante oro de Australia el negro del Brasil, y las especias de Filipinas y el coltán del África y su diamante y su marfil, y creé el dinero y la discordia, para tentarle, y creé el bronce y el hierro, y el acero y la pólvora para sus armas, y creé los recursos limitados. Yo solo puse las herramientas. Por mi bien. El trabajo lo hicieron ellos, y lo hacen aún. Yo solo me quedo a mirar mientras se matan, y así me alimento, ¿comprendes?<br />
—Entonces eres la culpable de todo.<br />
—No has entendido nada —dijo ella, negando sutilmente con la cabeza, y su tono de voz se volvió acre. Y se hizo oneroso el silencio —. Así que —dijo al fin —¿esas son tus últimas palabras, antes de irnos?<br />
Él asintió, de súbito ensombrecido.<br />
Y ambos se encaminaron hacia la bruma, y el iluso desapareció por entre ella.<br />
Para siempre.</div>
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David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1700050644504159175.post-89892399200458761572019-07-23T04:53:00.001-07:002023-02-01T15:40:47.851-08:00Graduado en Psicología<div dir="ltr">
4 años. En estos me ha pasado todo, y en los años venideros me queda todo por hacer. Pero si he de mirar atrás para ser sincero conmigo, debo decir, al fin, que lo he conseguido. Ahora soy psicólogo. <br />
Tras abandonar súbitamente el instituto a las puertas de la universidad con 17 años, para trabajar y esas cosas que te exige la sociedad para vivir, y un sentimiento rezagado de fracaso e inferioridad intelectual, decidí sacarme, al fin, una carrera. 26 años recién cumplidos y una prueba de acceso, me abrieron esas puertas cerradas hasta entonces para mí, y cuatro años después, me he graduado, y he cerrado una cuenta pendiente que había permanecido siempre tras finos umbrales de mi propia consciencia.<br />
Ahora soy psicólogo, sí, y soy también escritor de novelas pues nunca dejé (ni nunca dejaré) de escribir: es lo que me conforma y sostiene como individuo. <br />
Estudiar una carrera hoy en día te dará trabajo o no, dependiendo de factores que nunca dependerán del estudiante, pero lo cierto es que el trayecto ha sido tan emocionante (sí, como un revolver disparando emociones) como puede ser viajar o practicar deportes de riesgo. He disfrutado de mis éxitos, he sentido placer y felicidad de mi propia capacidad para la autodisciplina y el esfuerzo sobre algo, he llorado de rabia y tristeza por no tener tiempo de ir al parque con mi hija, de quedar con los amigos a tomar una cerveza, de escribir. He sentido la ansiedad en mi cuerpo, y he aprendido a sobrellevarla en el camino. Y aquí estoy, con 30 años, al fin, graduado.<br />
No ha sido nada fácil. No lo es, ni te asegura el éxito ni la riqueza ni la felicidad ni el trabajo si quiera. Pero volvería a hacerlo, y animaría a cualquiera a enzarzarse sin pensar (o casi) en uno de los mayores embrollos en los que tendrá el lujo de meterse. Para crecer como persona, para decirse a uno mismo "he podido hacerlo", por el placer del conocimiento, quizá. <br />
Por mí.<br />
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David Zorelhttp://www.blogger.com/profile/00805855438279730741noreply@blogger.com0